8/8/10

Corazones secuestrados....

¿Será que nosotros, como seres humanos, necesitamos sufrir para sentirnos vivos?
¿Será que nosotros, tan inteligentes como nos creemos, necesitamos de otra persona para sentirnos completos?
Estas preguntas rondan constantemente por mi cabeza, mientras la brisa nocturna, tan fría como tu mirada, me envuelve en una danza melancólica.
Recuerdo haber visto a 2 personas tomadas de la mano en un parque, como si todo a su alrededor no existiera, como si en este infinito universo, no existiera nadie más que ellos.

Una gota helada cayó sobre mi nariz, el recuerdo aquel se desvaneció en la neblina espesa, pero algo en mí se iluminó, y encontré la respuesta que hace mucho tiempo buscaba y me urgía tener.
La vida es "realmente simple", nos alegramos, nos entristecemos, estamos decaídos o muy optimistas, pero cuando el corazón es el que se apodera de tu ser, la vida se reduce a 3 cosas: amor, compañía y soledad.
Nuestro corazón nos secuestra sin que nosotros nos demos cuenta.
Es un enemigo silencioso que ataca cuando menos lo esperamos y nos atrapa en un torbellino de emociones...

Vino a mi memoria, una vez más, como aquella pareja se miraba y como las personas que estábamos observando empezamos a sentirnos solos y tristes.
Esa mirada tenía algo mágico, era la causante de muchas cosas en esos 2 locos enamorados.
La gota se transformó en una pequeña llovizna que me regresó a la realidad, la soledad en la que me encontraba, de a poco, me iba hundiendo en una depresión profunda. Pero aún no era el momento, estaba todavía bajo el embrujo de mi corazón.

Entendí, entonces, es verdad que nuestro corazón nos secuestra dejándonos inútiles, inmóviles, pero necesitamos de eso, de ese secuestro, de esa alienación, y que mejor si encontramos otro rehén de su corazón que nos acompañe en ese tormento, es ahí cuando nos damos cuenta que 2 personas pueden estar secuestradas bajo el dominio de un solo corazón, y, aunque suene un poco triste, necesitamos estar secuestrados bajo nuestras emociones para ser felices, pero sobre todo, necesitamos de ese alguien que quiera compartir con nosotros el encierro del corazón.
La tarde cayó y la noche triste, llena de melancolía, me recordó que estoy vivo, me hizo pensar que necesitamos del sufrimiento para regresarnos a la realidad.

Esa noche, se transformó en una de las más hermosas de toda mi vida, aprendí a disfrutar de ese sentimiento.
La neblina desapareció, la llovizna se fue también, y el recuerdo de esa pareja que caminaba por el parque regresó a mi mente...
Los vi acercarse..
Uno de esos 2 locos enamorados.... era yo...